Caser Residencial Málaga

El trato y el cuidado es muy satisfactorio, Estamos muy contentos.Por el cuidado, de mi suegra que lleva ya un año medio ,y la tranquilidad .Que proporcionan ,a sus familiares también sus instalaciones y en todos … en . General!!! Hacéis un gran labor, por nuestra mayores , os lo recomiendo. Un saludo

No me gusta poner reseñas negativas, pero cuando se trata del bienestar de las personas, y en este caso de una experiencia personal con un familiar que estuvo internado allí, siento la responsabilidad de hacerlo. Quiero dejar claro que si esta residencia tiene la fama que tiene y reseñas positivas, es gracias a las auxiliares y enfermeras que trabajan allí. Ellas están hasta arriba de trabajo y completamente desbordadas y aún así, atienden y tratan a los pacientes estupendamente. En las últimas semanas, requerimos asistencia constante de la enfermera porque la situación de mi familiar se estaba complicando bastante. Para nuestra sorpresa, descubrimos que había una única enfermera para tres plantas enteras y que mientras estaba atendiendo a mi familiar, no dejaba de sonarle l móvil con otros residentes que necesitaban ayuda urgente. Esto no tiene ningún sentido, especialmente teniendo en cuenta lo que se paga mensualmente, que no es poco. Es cierto que las instalaciones son nuevas y modernas, pero hay muchos otros aspectos que fallan. Por ejemplo, siempre íbamos a visitar a nuestro familiar por la tarde - noche, después del trabajo, era un completo desastre. En más de una ocasión tuvimos que esperar entre 15 y 20 minutos para que nos abrieran la puerta, en pleno invierno y de noche. Sin ninguna duda, si estás buscando una residencia para algún familiar, te recomiendo que investigues bien, preguntes y compares mucho antes de decidir. Personalmente y por ahora, no volvería a considerar esta residencia como una opción.

Mi madre estuvo en esta residencia desde noviembre de 2024 hasta su fallecimiento el 5 de marzo de 2025. Desde el primer momento, la experiencia fue muy distinta a lo que nos prometieron. Y no hablo de oídas: yo fui todos los días, justo al salir de trabajar. Pude ver con mis propios ojos el funcionamiento real del centro, no como otras familias que solo van los fines de semana "un ratito". Estuve ahí a diario y sé bien de lo que hablo. Por dar algo de contexto: mi madre necesitaba un colchón anti escaras. Me ofrecieron alquilarlo por 45€/mes o comprarlo por 140€. Decidí comprarlo… y lo que me entregaron fue un colchón usado y pinchado de otro residente. También se suponía que por ser cliente de Caser Seguros teníamos un 5% de descuento, pero no lo aplicaron hasta que lo reclamé meses después. Contratamos bonos de fisioterapia. A los pocos días, despidieron a la fisio y no la sustituyeron. El fisio de la tarde tuvo que asumir el trabajo de los dos turnos. Mi madre también necesitaba una colchoneta porque se caía de la cama. Tardaron días en darle una, y solo una auxiliar (todas son un amor) consiguió una prestada para que no siguiera haciéndose daño. El acceso a la residencia tampoco es como lo pintan. Dijeron que no había horario de visitas, pero si te quieres quedar más allá de las 20:00 (cuando se va la recepcionista), tienes que llamar a un telefonillo que va saltando de teléfono en teléfono sin que nadie conteste. Me he llegado a quedar 25 minutos a la intemperie en pleno diciembre esperando que alguien me abriera. Y cuando finalmente responde alguien, suele ser la enfermera del turno de noche, que está sola para hacerse cargo de tres plantas enteras de residentes. Sara y Carmen, las dos enfermeras que más traté, hacían todo lo posible, pero una sola persona para tantas personas mayores no es viable. Más que falta de voluntad, lo que hay es una falta grave de personal. Pero si hay algo que realmente deja que desear es la gestión administrativa. Y aquí quiero hacer hincapié: El mismo día que falleció mi madre, recogí todas sus cosas. Me reuní con atención al cliente uno o dos días después. Me dijeron que el balance del mes se haría a final de mes y que me devolverían el importe proporcional no disfrutado. La factura de abono llegó el 31 de marzo… pero no vi el dinero hasta finales de Abril. Cada vez que escribía, la respuesta era la misma: "los plazos se están cumpliendo". Eso sí, para cobrar el mes por adelantado no hay problema: el día 4 o 5 ya lo tienen cobrado. Para devolver, te hacen esperar 45 días, y si no insistes o amenazas con hoja de reclamaciones, ni se mueven. Es muy frustrante que en un momento tan delicado, lo que más recuerdes de esta experiencia sea la falta de empatía, transparencia y eficacia de la administración. Falta personal, falta coordinación, y si no estás encima de todo, te cuelan colchones usados y pinchados como si fueran nuevos. Una pena que un grupo como Caser tenga un equipo administrativo tan poco profesional. Lo único que funcionaba eran las auxiliares, que sacan esto adelante con vocación y cariño. El resto deja muchísimo que desear.

Una residencia magnífica. Mi madre sólo estuvo 3 semanas, pero desde el minuto uno se sintió muy a gusto. Nada más cruzar la puerta sientes el trato excepcional del personal, todos encantadores y profesionales. Las instalaciones son estupendas. Me encantó el hecho de que sea un centro abierto. Dejas a tu familiar con la tranquilidad de saber que está en buenas manos y que puedes ir de visita siempre que quieras. Recomendable 100%

Ingresé en Caser Residencial Málaga tras una operación de cadera, creyendo que sería un centro rehabilitador postoperatorio. La realidad fue otra: llegué en ambulancia y, a pesar de que sabían de mi ingreso con más de 24 h de antelación, no había ni una silla de ruedas disponible. El conductor tuvo que sacar una plegable, vieja y oxidada. En la habitación me encontré el inodoro suelto y sin alza, papelera baja e inaccesible, falta de colgadores a la altura adecuada para dejar mis cosas, televisión sin funcionar ni instrucciones, y ninguna información sobre horarios, códigos de ascensor o servicios. La terraza era grande, pero sin una sola silla o mesa; al pedir una, me dijeron que "cada persona trae la suya". Incluso los colchones conservaban el plástico, provocando que las sábanas se resbalaran. El Wi-Fi, además, fallaba constantemente. El gimnasio disponía de un fisioterapeuta para atender dudas de todos los pacientes, pero las sesiones individuales pagadas podían terminar compartidas con más de diez personas, teniendo que esperar largos ratos entre ejercicios. Los fines de semana estaba cerrado, y en feria nos dijeron que permanecería así durante cuatro días. Solo tras protestas lo abrieron parcialmente, pero sin aire acondicionado. Las instalaciones son nuevas, pero poco adaptadas a una recuperación: cafetería "24 h" que es solo una máquina de vending, comida poco variada con exceso de fritos y productos azucarados —muy lejos de lo "exquisita" que se describe en su publicidad— y una relación calidad-precio nada coherente con lo que ofrecen. En cuanto a las actividades anunciadas, no se indica en ningún momento dónde o cuándo se realizan, y en mi caso tuve que descubrirlo por mi cuenta. El personal auxiliar y de enfermería es amable y dedicado, pero claramente insuficiente y desbordado. Sin embargo, la administración de la residencia demuestra una grave falta de eficiencia, eficacia y transparencia: desde no entregar el contrato al ingreso, hasta no ofrecer facturación clara y puntual, pasando por una comunicación interna deficiente que deja al paciente desinformado y sin herramientas para organizar su estancia o rehabilitación. Estas deficiencias administrativas, repetidas a lo largo de toda mi experiencia, me dejaron en una situación de gran vulnerabilidad, ya que venía de una operación muy dolorosa y con necesidades específicas de recuperación. Y lo más grave: a día de hoy todavía no he recibido una factura detallada con los importes de los servicios obtenidos. Considero inaceptable y vergonzoso que un centro de este tipo no pueda proporcionar un documento tan básico y obligatorio, lo que refuerza la falta de transparencia de su gestión administrativa. Me marché antes de tiempo y no recomiendo este centro para rehabilitación tras una cirugía.

Un descontrol de residencia y muy mal gestionado por parte de la dirección. Medicinas descontroladas y perdidas. Todo lo que prometen es MENTIRA, ni actividades, ni salidas al jardín, ni fisio en grupo, todo hay que pagarlo aparte de los 4.000€ al mes. Las chicas de recepción una maravilla, las enfermeras agotadas pero estupendas, la única que se salva de atención al cliente Claudia. Les falta personal y organización.

Estamos encantados con el trato y los servicios de Residencial Caser. El estupendo equipo que lo integra es profesional y de trato muy humano y comprometido con su labor, lo que hace la experiencia, tanto para los residentes como para sus familiares, muy agradable y tranquilizadora a todos los niveles. No puedo más que expresar mi gratitud a todo el personal de residencial CASER y recomendarla a todos los niveles.